Al Dios no conocido

Hechos 17:23

“Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: Al Dios no conocido. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.”

Muchas veces, en la vida diaria, buscamos llenar vacíos con cosas que creemos que nos darán paz: trabajo, dinero, amistades y logros personales. En la antigua Atenas, el apóstol Pablo se encontró con un pueblo muy religioso, lleno de altares y templos, pero aún así tenían uno dedicado al Dios no conocido. Era como si, en lo profundo de sus corazones, supieran que aún faltaba algo, alguien que no habían descubierto.

Esa realidad no está lejos de nosotros. Podemos vivir rodeados de religiosidad, de símbolos espirituales, incluso hablar de Dios… y sin embargo, no conocerle verdaderamente. El “Dios no conocido” se hace presente cuando tenemos información sobre Él, pero no una relación personal con Él.

Pablo no criticó a los atenienses por su ignorancia, sino que les presentó a ese Dios verdadero: el Dios creador, cercano, que no habita en templos hechos por manos humanas, sino que se acerca al corazón dispuesto. Ese mismo Dios hoy quiere revelarse a nosotros, no como un desconocido, sino como Padre, Salvador y amigo.

La pregunta es: ¿Es Dios para ti un concepto distante o es una presencia real en tu vida? Conocerle no es cuestión de acumular conocimiento, sino de abrir el corazón a Cristo, quien vino precisamente para mostrarnos al Padre.

¿hay algún “altar” en tu vida donde aún Dios es desconocido? Entrégale ese espacio y permite que Él se dé a conocer en tu caminar diario. Cuando dejamos que el Dios vivo pase de ser “desconocido” a ser nuestro todo, entonces encontramos el verdadero propósito y la paz que tanto anhelamos.

1 comentario en “Al Dios no conocido”

Responder a Julian Alberto Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top