Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.”* — Efesios 5:14
La Palabra de Dios nos invita hoy a despertar. No se trata de un sueño físico, sino espiritual. Muchas veces podemos estar despiertos en lo cotidiano —trabajando, estudiando, relacionándonos— pero dormidos en nuestra fe, descuidados en la oración, distraídos con las cosas de este mundo.
El llamado de Dios es claro: *levántate*. No podemos vivir la vida cristiana con indiferencia o pasividad. El enemigo aprovecha cuando estamos dormidos espiritualmente para sembrar dudas, tentaciones y desánimo. Pero cuando nos levantamos en el nombre de Jesús, la luz de Cristo disipa toda oscuridad y nos da nuevas fuerzas.
Quizás en este momento te has sentido apagado, sin ganas de orar o de buscar a Dios. Tal vez tu corazón se ha acostumbrado a la rutina y la llama espiritual se ha debilitado. Hoy el Señor te dice: *despierta, levántate… porque mi luz quiere brillar en ti.*
Recuerda que levantarte significa dar pasos firmes: volver a orar, abrir la Biblia, congregarte, servir, y sobre todo, permitir que la luz de Cristo te renueve cada día.
