La sabiduría que viene de lo alto

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” — Santiago 1:5

¿Cuántas veces nos hemos encontrado frente a decisiones que parecen demasiado grandes para nosotros? En esos momentos solemos buscar consejo en muchas fuentes: amigos, experiencias pasadas, o incluso en nuestra propia lógica. Pero la Palabra de Dios nos recuerda algo poderoso: la verdadera sabiduría no se encuentra en nosotros mismos, sino en Él.

Santiago nos dice que si nos falta sabiduría, debemos pedirla a Dios. Lo hermoso es que este versículo revela el corazón generoso de nuestro Padre. Él no da con medida, ni con reproches, sino abundantemente y con amor. Esto significa que nunca debemos sentir vergüenza de acudir a Él una y otra vez; al contrario, cada vez que lo hacemos fortalecemos nuestra dependencia en su guía.

La sabiduría que viene de lo alto no es simplemente conocimiento humano, es la capacidad de discernir lo correcto, de tomar decisiones que glorifiquen a Dios y nos acerquen más a su voluntad. Es una luz que ilumina nuestro camino en medio de la confusión y nos da paz en medio de la incertidumbre.

Hoy, tal vez estés enfrentando un dilema, una puerta que no sabes si abrir o cerrar, un camino que no logras ver con claridad. La invitación de Dios es sencilla: pídele sabiduría. Él promete darla sin reproche y con abundancia. ¿Estás confiando en tu propia prudencia o estás buscando la dirección del Señor? Recuerda, la sabiduría divina está a una oración de distancia.

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